Miguel Benlloch. Cuerpo conjugado (Sala Atín Aya)

La exposición en la Sala Atín Aya, Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), 16 febrero-8 abril 2018, comisariada por Mar Villaespesa y Joaquín Vázquez (BNV Producciones), es la primera que muestra el corpus de obras y actividades de Miguel Benlloch, enlazado a numerosos documentos de diferentes colectivos (carteles, audios, fanzines, revistas, flyers…), al ser su práctica estética/política ejemplo de una creación generada al calor de la vitalidad de los grupos sociopolíticos y artísticos con los que se relaciona.

Una práctica que tiene como denominador común una oposición continua a lo normativo, desde su temprana militancia antifranquista en Granada y su intervención activa en la agitación contracultural de dicha ciudad. 

Sus acciones y performances, poemas y textos, collages y serigrafías, objetos e imágenes digitales ponen al cuerpo en el centro de los discursos artísticos. El cuerpo —diverso, difuso, lúdico, des-identificado, impropio o migrante— encarnado en unas obras que han contribuido a diseminar las ideas que quiebran lo binario y las categorías heterocentradas impuestas por los códigos culturales dominantes, y a erosionar construcciones históricas e identidades estancas asentadas sobre comportamientos duales: masculino/femenino, activo/pasivo, productivo/improductivo, deseo/amor, salud/enfermedad…

La exposición se inicia con un diálogo entre la militancia  —en la que se incardinan tanto sus actividades en el Frente de Liberación Homosexual de Andalucía como en el movimiento anti-OTAN, en el Cutre Chou o en la sala Planta Baja— y las obras O donde habite el olvido como génesis de su práctica artística y Tengo tiempo, vídeo-documento de su primera performance como inicio de una reflexión, prolongada a lo largo de su vida, que cuestiona la construcción de una identidad fija y refleja la inquietud por ser visto desde el paradigma binario de la sexualidad que construye identidades normativas.

Para el programa de actividades de la exposición Miguel crea la acción El fantasma invidente que realiza en el acto de inauguración; se presenta el libro de poemas Cuerpo conjugado editado por la Fundación Huerta de san Antonio, Úbeda; y se imparte una conferencia de Paul B. Preciado y una mesa redonda en la que participan Jesús Alcaide, Federico Guzmán, Mariokissme y Equipo re (Aimar Arriola, Nancy Garín, Linda Valdés). 

La exposición itinera a CentroCentro, Madrid, 2019; Hospital Real, Granada, 2020.

Miguel Benlloch. Cuerpo conjugado, 2018
Fotos: Alejandro del Pino, Miguel Sánchez, Mar Villaespesa

Invitación. Ver documento en Archive.org

Programa. Ver documento en Archive.org

Programa. Ver documento en Archive.org

Folleto. Ver documento completo en Archive.org

Libro de poemas, 2018.
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Mi cuerpo no existe

Quiero empezar esta lectura para Miguel con una cita del texto de Virginia Wolf sobre la enfermedad: «No está mal elegir vivir y seguir viviendo, una vez como hombre, otra como mujer, una como capitán de barco o como señora de la corte, o como mujer de un granjero del emperador, en ciudades espléndidas o en aldeas remotas, en el tiempo de Pericles, de Carlomagno, o de Jorge IV, vivir y seguir viviendo hasta que hayamos vivido todas las vidas embrionarias que nos esperan si somos capaces de no suprimirlas».

En esta ocasión me veo confrontado a la imposibilidad de hablar, a un silencio que pocas veces antes he sentido en mi vida. Frente a ese silencio, he pensado que lo que querría explicarles es por qué y cómo me siento hijo, hija, hije de Miguel Benlloch y de Pedro Lemebel. Existe la filiación genética, por la que estoy unido a otros padres, pero existe, y ésta es más importante para mí, una filiación queer, de base lingüística, performativa, política y afectiva. Si podríamos pensar que la filiación genética construye un cuerpo, una naturaleza, mientras que la filiación queer construye una cultura, yo intentaré defender aquí que la filiación queer construye también un cuerpo, un deseo, cuya materialidad es tan real como la genética. Es en esta filiación donde me reivindico hijo, hija, hije de Miguel Benlloch. Aquí Miguel no es ni padre ni madre, sino como dice Del La Grace Volcano hablando de su propia filiación, «mapa», una palabra inventada que surge de la fusión de madre y padre. Me gusta pensar a Miguel como mi mapa, como una cartografía de afectos que me permite orientarme en la creación y en la acción política.

Paul B. Preciado, 2016-2018
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